El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo ha elaborado un guía para la gestión de los riesgos psicosociales en pymes. Desde USO sintetizamos los puntos más relevantes de esta y cómo controlar y gestionar las medidas preventivas

El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) ha elaborado una guía para gestionar los riesgos psicosociales en las pymes. Las pequeñas y medianas empresas constituyen en España el 99% del tejido empresarial y emplean a más de 10 millones de trabajadores. Por ello, esta guía es de relevancia a la hora de ofrecer pautas y medidas concretas para hacer frente a los riesgos psicosociales.

Los factores psicosociales son condiciones organizacionales que pueden ser positivas o negativas. Cuando estos factores están mal diseñados o implementados pueden causar daños a la salud y se convierten en factores de riesgo. La exposición a factores de riesgo psicosocial puede provocar estrés, situaciones de desgaste emocional, fatiga, situaciones de violencia y accidentes que pueden generar daños físicos y psicológicos de diversa gravedad.

Método para la evaluación y gestión de factores psicosociales en pymes

Este Método para la evaluación y gestión de factores psicosociales en pymes es una herramienta de uso libre y gratuito diseñada para llevar a cabo la evaluación y la gestión de los riesgos psicosociales. Está dirigida, en principio, a microempresas y pequeñas empresas de hasta 25 trabajadores y, de forma especial, a empresas en las que el empresario asume las actividades preventivas.

Incluye un proceso de evaluación y gestión que se desarrolla en 10 fases, además de explicaciones y apoyo para guiar la persona que realizar la evaluación. Se centra en 10 factores de riesgo más genéricos y permite establecer, al final del proceso, medidas concretas de modificación de las condiciones de trabajo.

Desde el INSST proponen como punto de partida en la evaluación de los riesgos psicosociales en las pymes, contar con la participación del personal, que son quienes mejor conocen los procesos de trabajo y pueden aportar ideas sustanciales para la identificación de los factores de riesgo, su evaluación y proponer propuestas de actuación. En este sentido, una forma de hacer partícipe a la plantilla puede ser crear grupos de trabajo. En empresas muy pequeñas pueden configurarlo con la totalidad o casi la totalidad del personal, lo que aumentará la implicación de todas las personas que integran la empresa.

Por otro lado, el análisis de los procesos de trabajo, de las estructuras y de las descripciones de los puestos puede contribuir a tomar decisiones sobre qué unidades de análisis elegir para evaluar. Algunos factores psicosociales están presentes en todos los puestos de trabajo. Por ejemplo, todos los puestos tienen un determinado nivel de carga de trabajo y todo trabajo se lleva a cabo en una dimensión temporal que marca qué días, horas, descansos o a qué velocidad se trabaja. Sin embargo, no todos los factores psicosociales están presentes en todo puesto de trabajo y no todos los factores psicosociales adoptan la forma de factor de riesgo psicosocial.

Este método propone los factores más generales y comunes para todo tipo de organización. No obstante, si la empresa detectara otros no incluidos entre los propuestos, se podría recurrir a metodologías específicas o a especialistas en Psicosociología Aplicada. Igualmente, se debería contar con un asesoramiento especializado en caso de problemas complejos.

Propuesta y control de las medidas preventivas

El mayor detalle y descripción de los problemas facilitará la elección de las medidas para solucionarlo, aconsejando dedicar el tiempo suficiente para comprender y clarificar los problemas.

En el momento de proponer medidas concretas orientadas a la solución de los problemas, este método incluye “medidas preventivas genéricas” como una ayuda para orientar la elección de las acciones preventivas. Estas medidas se proponen como ejemplo, por lo que no todas serán adecuadas ni ajustadas a la realidad de la empresa. El objetivo de realizar una evaluación de riesgos es proponer medidas concretas y específicas y estas solo pueden ser únicas para cada empresa y cada puesto.

Por ello, es deseable que sean lo más concretas y detalladas posible, tanto en la fase de evaluación como en la de adopción de las medidas preventivas, pues requieren un esfuerzo de concreción y adaptación a cada situación específica.

Una vez decididas las medidas o actuaciones que se van a ejecutar queda concretar en qué fecha o plazos han de estar implementadas; qué recursos se van a asignar; el coste de las mismas; qué recursos materiales son precisos o quién o quiénes se van a responsabilizar de que la medida preventiva propuesta se lleve a cabo.

Las medidas preventivas se adoptan para eliminar y controlar los factores de riesgos psicosociales en las pymes, por lo que es esencial saber si están funcionando correctamente. Para ello debe realizarse un control de la eficacia de las medidas y de la planificación, que debe considerar tanto el proceso de ejecución como los resultados obtenidos. El objetivo del control de eficacia es asegurar que las medidas de intervención se aplican, se mantienen en el tiempo y cumplen los objetivos propuestos.

Por eso, desde USO solicitamos a nuestros delegados de prevención que para controlar cualquier medida preventiva den respuesta a estas preguntas:

  • ¿Se cumplen los plazos previstos?
  • Las personas encargadas de llevar a cabo las medidas preventivas, ¿lo están haciendo? ¿Con qué dificultades se encuentran?
  • ¿Han surgido nuevos problemas durante la implantación de las medidas preventivas?
  • Las medidas implantadas, ¿han eliminado o controlado los riesgos? ¿Han generado nuevos problemas?